viernes, 2 de enero de 2009

17 de Octubre

Dias grises se avecinan, pensé
y mojé mi barba de días
con mil y una lágrimas frías
y aguardiente de café.

Una cayó por el momento,
diez por recuerdos vividos,
cien en respuesta a tus quejidos
y el resto, puro dolor.

Un río amargo se desbordó
por la vida que recordaba
por un futuro que añoraba
pero que nunca pasó.

Por niños jugando en el parque,
por una casa en la ladera,
por mil besos en primavera,
por otra vela en el pastel.

Todo roto y perdido a la vez
inundado quedó en mi llanto
pensaba que te daba tanto
y era tarde y al revés.

Y a tiempo que camino solo
creo que no es tarde para aprender
no te puedo dejar de querer
y creo que tú tampoco.

Si la vida es un largo sueño
me gustaría poder despertar
y ver como sigues durmiendo
a tu lado, sin molestar.

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